Vecino, mi marido no está, ¿vienes a follarme?




La primera vez que folló con su vecino fue por pura casualidad. Al chico lo había dejado su novia y estaba deprimido, y joder con la vecina madurita le subió el ánimo como ninguna otra cosa. Pero ahora la muy zorra le ha cogido el gustillo a eso de ser una esposa infiel, y no se corta en llamarlo cuando quiere sexo. Se ve que el marido no la deja bastante satisfecha, o que follar con otro le da mucho más morbo. Por lo que sea, la cerda no tarda en llamar al chico de al lado en cuanto su marido sale por la puerta. Y cuando él llega no puede estar más claro lo que quiere: la puta madura lo recibe en toalla. Así solo tiene que dar un tirón y quedar desnuda, para empezar a follar.

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