Tía, qué bien follamos con tu hermanastro…




No podía creer a su amiga cuando le dijo que de vez en cuando se follaba a su hermanastro; y que encima, el tío se lo hacía de lujo. Como no la convencía, la otra la invitó a casa, y a meterse de estrangis en el dormitorio del chico. El hermanastro ya la esperaba con la polla dura, aunque se sorprendió gratamente cuando vio que ese día entraban dos zorritas. La hermanastra quería presumir de buen amante, y le cedió el honor a su amiga de ser la primera en encaramarse a esa verga tiesa. Pero después ambas disfrutaron de lamidas interminables para acabar recibiendo semen en la cara.

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