No le digas a mi hijo que me comes el coño




Con la cara de puta que tiene esta rubia tetona, dudo mucho que sea la primera vez que le pone los cuernos a su marido. Solo que ahora su infidelidad puede alterar la dinámica familiar, puesto que la cougar viciosa se ha ido a la cama con un amigo de su hijo. Sabe muy bien que si se enteran en casa, no solo perderá a su marido, sino que su hijo la mirará como la perra que es. Así que han de tener mucho cuidado, porque es imposible que deje de follarse a este jovencito. Le pega los polvos más alucinantes, y con él tiene unos orgasmos explosivos que su marido no le ha provocado nunca. Y cómo le gusta su polla, la relame con entusiasmos sabiendo lo que le hará a su coño maduro.

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