Mi madrastra y su hija me visitan en mi dormitorio




La primera vez que mi padre ha pasado la noche fuera de casa, escuché ciertos ruidos extraños en mi dormitorio. Encendí la luz, algo acojonado, la verdad; y más me acojoné cuando vi al pie de la cama a mi madrastra y a su hija desnudas. ¿Qué hacían esas dos allí? De verdad que no esperaba que la cosa fuera de sexo incestuoso, porque nunca habían dado ninguna señal en ese sentido. Pero se ve que las zorras lo tenían muy bien planeado, porque se complementaron a la perfección. Y es que aunque fuera un trío de sexo, eran ellas las que llevaban la voz cantante. Pero mientras me comieran la polla tan bien, y me dejaran elegir entre sus coños para follar, no me importaba nada.

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