Mi amiga no venía y me follé a su marido




Pues con amigas así de putas, que se tiran a tu marido en cuanto tardas un poco en volver a casa, ¿quién necesita enemigas? No era la primera vez que la esposa volvía de trabajar, y se encontraba a su mejor amiga esperándola, con su marido haciéndole compañía. Ah, no fue hasta un tiempo que se enteró que mientras la esperaban, no estaban precisamente jugando al parchís. La zorra rubia aprovechaba que ella no estaba para seducir al esposo, que la verdad no es que se resistiera demasiado. A él también le gustaba aquella madurita que lo miraba con ojos libidinosos; y mucho más cuando probó su coño caliente y se lo folló.

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