Me encontré a mi novia y a su amiga liadas, ¡serán zorras!




Mucha confianza veía yo entre mi novia y su compañera de clase; decían que eran amigas desde hacía años, y por eso siempre andaban juntas. De todas formas, tanta juntiña a mí se me hacía raro, hasta que un día llegué a casa de mi novia sin avisar, y descubrí el porqué. Y es que las muy guarras no solo se contaban confidencias y compartían consejos de moda; también se chupaban las tetas y se comían los coños, ¿cómo lo ves? Yo me quedé de piedra, al menos en un primer momento; al segundo, empecé a ponerme cachondo. Y es que estas dos zorras follando como lesbianas era una visión la mar de erótica; quizá debía cabrearme, pero lo único que me apetecía era montar un trío con las chicas calientes.

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