La pizza venía fría, y ella quiere carne caliente




O al menos esa es la excusa que dio para tirarse sobre el repartidor de pizza y follárselo, pero no era verdad. Ni siquiera tuvo tiempo de comprobar la temperatura del producto, porque ya había decidido que iba a tirarse a este negro a quien tenía tantas ganas. Otras noches había estado con su novio, y le había resultado feo andar ligando con el repartidor. Pero el cerdo de su novio la ha dejado, ahora es libre, y no va a darle a este tío opción a decirle que no. Quejándose del servicio y exigiendo una compensación sabía que tenía las de ganar. Luego confiaba en que su boca habilidosa y su coño caliente hicieran el resto.

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