Joder papi, qué pedazo de polla tienes ahí…




La rubia jovencita aprovechó que su madre no estaba para acercarse a su dormitorio. El otro día pilló a su padrastro desnudo sin querer,  y no pudo evitar fijarse en su polla enorme; ahora, quería echarle otro vistazo a ver si había visto bien. Y bueno, si se daba otra cosa, pues mejor, ella lo iba a intentar. Sin embargo, su estrategia fue hacerse la chica inocente, en vez de la loba que en realidad era; comenzó una conversación con su padrastro, que andaba en toalla después de ducharse, cosa que ella sabía. Pero no tardó mucho en lanzarse sobre esa verga que tanta curiosidad le causaba para hacerle una mamada.

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