Gutiérrez, aplícate, o te dejo para septiembre




No había quién engañara a esta vieja profesora, ya tenía mucha experiencia y tenía clara la trayectoria de este alumno repetidor. Para ella, no había duda de que el tío no servía para estudiar, por mucho que se aplicara; le auguraba un futuro como gigoló, o como actor porno, lo que más le gustara. Aunque la zorra madura lo tenía claro, y con sesenta años, no iba a perder la oportunidad de aprovecharse de las circunstancias. Por ella, podía estar repitiendo toda la vida, pero ella iba a llevarse un par de orgasmos a costa del que tenía fama de semental entre las alumnas. De hecho, sabía que alguna de sus compañeras docentes también habían sentido la polla dura de este chico en sus coños. Y la puta tetona, si la follaba bien, pensaba darle un sobresaliente en todas las asignaturas.

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