Esta vieja que me provoca a diario… es mi madrastra




Coño, que no, que nunca he fantaseado con follar con viejas, a mí las mujeres mayores no me ponían nada… hasta ahora. Y es que claro, ver cada día a una cincuentona culona pasearse medio en bolas frente a ti, dejando que de vez en cuando se le vea una teta, tiene consecuencias. Y no las ha tenido más graves, porque resulta que la guarra en cuestión es la mujer de mi padre; o sea, mi propia madrastra. Pero como la cosa no podía estirarse mucho más, al fin pasó lo que tenía que pasar. La muy fresca se atrevió a entrar en mi dormitorio en camisón, y su mirada ansiosa se fijó en mi polla a medio empalmar. Y ya no tuvo escapatoria, me la follé por muy madrastra mía que fuera.

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