Clases particulares con una estudiante de intercambio




Para una chica rusa desde luego debe ser difícil adaptarse a un país que no conoce, a su idioma y, sobre todo, a sus planes de estudio. Al principio, le chocó un poco que este compañero, que tampoco  era el mayor empollón de la clase, quisiera darle clases particulares. Pero nada más llegar, entendió que no era precisamente mejorar su currículo lo que quería.

Claro que ella tampoco fue inocente, pues con su faldita corta no dejaba de enseñarle las braguitas. Cuando él metió la mano en su entrepierna para tocarle el coño caliente, ya se vio claramente lo que quería, y así fue como acabó con la polla metida en el ano de la guarra jovencita.

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